“El proceso de transformación de la vivienda, ha de ser adaptable y flexible, no lineal, permitiendo variaciones en el transcurso del tiempo y facilitando el mayor número de fases para que la evolución espacial sea lo más amplia posible. A su vez, ha de permitir grandes transformaciones de forma sencilla y abierta (en diseño, disposición y material) para hacer el proceso económico y fácil. Es un proceso inherente a la vida cotidiana y es el resultado de las cambiantes necesidades de la familia en función de sus capacidades económicas.”

EL RETIRO, es un proyecto de extensión y anexo de un cuerpo independiente a una vivienda multifamiliar, que sirve y convierte la preexistencia en un hábitat productivo. La propuesta se presenta como una oportunidad para entender y construir soluciones específicas, viables y productivas que atienden al crecimiento progresivo de las viviendas y al aprovechamiento de los espacios residuales por norma en Ecuador.

La arquitectura como respuesta a la necesidad de reinvención continua del hábitat La vivienda es una actividad, un proceso que se construye. Es un objeto dinámico, que contiene y combina una pluralidad de usos, personas y actividades que generan transformaciones que la vivienda debe asimilar, por ello, la evolución y adaptación de la vivienda en el tiempo, es un proceso indisoluble de la vida cotidiana que favorece el cambio y la transformación para renovar su vigencia. El espacio compuesto de 18 m2 totales debía contener: Espacio común de trabajo, baño, cafetería, kitchenette, almacén para equipos y biblioteca.

La intervención se realizó sobre el retiro frontal del predio, el mismo que contaba con condicionantes tales como: la cisterna subterránea de agua del multifamiliar que ocupaba el 100% del área disponible para la nueva intervención, la misma que determinó la naturaleza estructural del proyecto, el hall de ingreso al multifamiliar, un árbol de 25 años, que exigía un patio de ventilación, 0.70m de desnivel interior y el cerramiento frontal del predio con arborización consolidada como parte de la fachadas del barrio. Se optó por dividir en 3 flancos transversales el área disponible para ubicar un espacio de trabajo para 4 personas en la parte posterior, el kitchenette y zona social hacia la calle a través de una única ventana, y un espacio intermedio de servicios que contiene el baño, la cafetería, el almacén y el patio interior.