CASA FENG SHUI
En el diseño arquitectónico, el Feng Shui desempeñó un papel crucial en la distribución y diseño de los espacios, guiando cada decisión en pro de la armonía energética. Se optó por una distribución con solo cuatro esquinas principales en toda la casa, siguiendo uno de los principios fundamentales del Feng Shui que promueve la estabilidad y el equilibrio en las formas. Para enriquecer la volumetría y evitar la rigidez en el diseño, se añadió un volado que funciona como balcón, proporcionando dinamismo visual y una transición fluida entre los espacios interiores y exteriores. Otro aspecto clave fue la integración de los cuatro elementos esenciales: agua, metal, fuego y madera. La relación entre ellos es fundamental, ya que algunos pueden coexistir y potenciarse, mientras que otros generan desequilibrios si se colocan en proximidad. Por ejemplo, una habitación no puede situarse directamente sobre la cocina, ya que el calor del fuego que emana de esta última rompería con la armonía energética al ascender. Asimismo, se prestó especial atención al flujo de energía o "chi" dentro de la casa. Los espacios debían permitir que la energía fluya sin obstáculos ni estancamientos, evitando configuraciones como la alineación directa entre puertas y ventanas, lo que causaría que la energía pase de manera acelerada y no nutra adecuadamente cada área. Finalmente, la ubicación de la cama se consideró vital para asegurar un descanso reparador. Según el Feng Shui, la puerta de la habitación no debe estar enfrentada a la cama, ya que esto genera una sensación de vulnerabilidad y desarmonía. Además, se evitó la colocación de espejos frente a la cama, ya que estos reflejan la energía y pueden perturbar el sueño, afectando el bienestar de los habitantes.
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